La caída del cabello en el embarazo: la voz científica

¡Hola a todos! Esta semana vamos a hablar de la caída del cabello desde un punto de vista más científico. Lucia Natarelli, nuestra bióloga asesora, nos explicará las razones de la caída del cabello y por qué dicha caída es más notable después del embarazo.

Alrededor del 90% de nuestro cabello crece en un momento dado, mientras que el otro 10% entra en una fase de reposo. Cada dos o tres meses el pelo en reposo se cae y en su lugar crece nuevo pelo.

Empecemos diciendo que la caída del cabello durante el embarazo no es inusual, ya que afecta alrededor del 40-50% de las mujeres. Como la mayoría de los cambios que se producen durante el embarazo, es temporal, pero debe vigilarse.

¿El embarazo provoca una caída anormal del cabello?

La respuesta es sí. La caída del cabello relacionada con el embarazo suele producirse después del parto. Durante el embarazo, un mayor número de pelos entra en la fase de reposo que en el ciclo normal de caída del cabello.

Esta afección no es lo suficientemente grave como para causar calvas o una pérdida permanente del cabello y debería empezar a remitir en los 3-4 meses siguientes al parto.

Sin embargo, a veces puede experimentar una pérdida de cabello inusual durante el embarazo, que podría deberse a una carencia de vitaminas o minerales.

Después del embarazo

El periodo más común de pérdida de cabello se produce unos tres meses después del parto, pues el aumento de las hormonas durante el embarazo impide que se caiga el pelo.

Después del parto, las hormonas vuelven a sus niveles normales, lo que permite que el cabello se caiga y vuelva a su ciclo habitual. La caída normal del cabello que se ha retrasado durante el embarazo puede caer de golpe.

Hasta el 60% de tu cabello en estado de crecimiento puede entrar en el estado de efluvio telógeno. El efluvio telógeno es la pérdida excesiva de cabello que se produce entre uno y cinco meses después del embarazo.

Como se ha indicado anteriormente, esta pérdida de cabello es temporal y vuelve a la normalidad en un plazo de seis a doce meses.

¿Puede la caída del cabello estar relacionada con otros problemas de salud reproductiva?

La pérdida de cabello puede ser provocada por cualquier motivo que implique un cambio en el equilibrio de las hormonas de estrógeno en tu sistema.

La pérdida de cabello puede ser el resultado de uno o más de los siguientes factores:

  • Interrupción de la píldora anticonceptiva o de cualquier otro tipo de método anticonceptivo hormonal
  • Aborto espontáneo o nacimiento de un bebé muerto
  • Un desequilibrio hormonal

Recomendaciones durante el embarazo y después del parto:

Algunos de los consejos que puedes seguir para tener un pelo más sano y/o reducir su caída durante el embarazo y después del parto son:

  • Consulta a tu médico para asegurarte de que el equilibrio hormonal es el adecuado
  • Evita las trenzas, las coletas y los rulos apretados que pueden tirar y estresar tu cabello
  • Sigue una dieta rica en frutas y verduras, que contienen flavonoides y antioxidantes que pueden proporcionar protección a los folículos pilosos y favorecer el crecimiento del cabello.
  • Si es necesario, compleméntalo con suplementos capilares naturales ricos en zinc, biotina y vitamina B5, como Haar Forte, que puede tomarse durante el embarazo y la lactancia.
  • Utilice champús y acondicionadores que contengan biotina y sílice.
  • El pelo es quebradizo cuando está mojado, así que debemos tener cuidado y evitar los peines de púas finas.
  • Si utilizas secadores y otros aparatos con calor para el cabello, utiliza el ajuste frío.

Esperamos que este artículo proporcionado por nuestra voz científica, Lucía, os haya sido útil. No dudéis en poneros en contacto con nosotros sobre cualquier pregunta que tengáis a través de nuestro perfil de Instagram @natalis.es.

Soluciones y consejos para las madres primerizas: ¡NO a la caída del cabello durante y después del embarazo!

¡Hola! En nuestro último post hablamos de las posibles causas de la caída del cabello tras el embarazo. Hoy queremos ofrecerte soluciones naturales y darte consejos para prevenir y solucionar el problema de la caída del cabello.

A continuación, te damos algunos consejos que puedes seguir para mantener tu pelo sano y bonito durante el embarazo y, sobre todo, para prepararlo para los cambios que se producirán tras el parto.

  1. El primer punto infalible, es tener una dieta saludable. Para disfrutar de un pelo largo, brillante y sano durante el embarazo, hay que alimentarse correctamente. ¿Quieres un consejo? Come mucha fruta y alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes. Recuerda que no solo te alimentas a ti, sino también a tu bebé.
  2. El segundo punto es tomar vitaminas: intenta nutrir tu cuerpo con oligoelementos, vitaminas y minerales, que normalmente no obtienes de los alimentos. Tu ginecólogo te recetará una serie de suplementos adecuados a tus necesidades, tómalos como te aconsejen. Los complejos ricos en ácido fólico son los que se suelen recetar y sus beneficios para el cabello están clínicamente probados: aportan brillo, ayudan al crecimiento, fortalecen el cabello y actúan retrasando la aparición de las canas.
  3. De hecho, nuestro tercer punto es recomendar tomar suplementos nutricionales. Por ejemplo, Haar Forte es un suplemento natural  perfecto para tomar tanto durante como después del embarazo. Mientras que otros productos contienen lactosa, gluten, pescado o vitaminas (que no se pueden tomar durante el embarazo o después de este), Haar forte es vegano y no contiene aditivos.
  4. Cuarto punto, cuida tu cabello y lávalo con productos suaves. Lávate el pelo con agua entre tibia y fría. El agua caliente puede bajar la presión arterial, así que evítala. Además, las duchas frías activan la circulación, mejoran el aspecto de la piel y definitivamente nos hacen despertar por la mañana

Además, sea cual sea la causa, una de las soluciones es siempre la siguiente:

Si notas una pérdida de cabello inusual durante el embarazo, coméntalo con tu ginecólogo o matrona. Es muy importante comprobar que no se sufre una carencia importante de vitaminas.

Nos vemos la semana que viene con el artículo científico sobre la caída del cabello antes y después del parto con nuestra bióloga Lucia Natarelli. 😊

Caída del cabello después del embarazo: ¿por qué ocurre?, ¿hay algo de lo que preocuparse?

Tu pelo ha pasado por un buen momento durante el embarazo: voluminoso, brillante y bonito.

Sin embargo, después del parto, el cabello suele parecer más frágil, indomable y, sobre todo, tiende a caerse más.

¿Cómo podemos explicar este fenómeno?

La caída del cabello tras el parto puede preocupar a muchas madres primerizas. De hecho, después del parto es fácil que encontremos pelos en la almohada y en la espalda, cantidades considerables que parecen casi borrar el recuerdo de la espesa melena que descendía brillante y frondosa sobre los hombros durante el embarazo.

La caída del cabello durante el embarazo (y aún más durante la lactancia) es un fenómeno completamente natural y reversible. Pero ¿cuáles son las principales causas de esta pérdida? ¿Se puede prevenir la caída antes de su inicio?

Pérdida del cabello después del embarazo: las causas

Hay varios factores que provocan la caída del cabello. A continuación, vamos a enumerar algunos de los más destacados:

                  • La caída del cabello puede producirse, por ejemplo, cuando las necesidades nutricionales de la futura madre no están totalmente cubiertas. La ingesta inadecuada de alimentos con alto valor nutricional provoca la caída del cabello, así como las carencias de hierro, proteínas, minerales y vitaminas contribuyen a esta situación. Tomar suplementos nutricionales para frenar esta caída puede ayudar, y mucho.
                  • Cambios hormonales:los cambios hormonales después del embarazo son una de las principales razones de los cambios en el cabello, ya que interfieren directamente en el ciclo del crecimiento del pelo.
                  • Niveles elevados de estrés
                  • Enfermedades del cuero cabelludo:Muchas mujeres pueden sufrir alergias cutáneas u otros problemas de salud relacionados con el cuero cabelludo. Estos problemas pueden contribuir al adelgazamiento del cabello e incluso a su caída.

 

 

¿Qué ocurre después del parto? ¿Por qué se me cae el pelo?

Se trata del efluvio telógeno posparto: un fenómeno caracterizado por una pérdida de cabello más notable que la habitual. Es un problema que no debe subestimarse pero no es una tragedia.

El estrógeno, cuyos niveles aumentan exponencialmente durante el embarazo, es el responsable directo del aumento del brillo del cabello durante la gestación.

Estas hormonas son capaces de influir positivamente en el ciclo vital del cabello, prolongando la fase de crecimiento y limitando considerablemente su caída.

Sin embargo, al final del embarazo ocurre justamente lo contrario: los niveles de estrógenos disminuyen y esta pérdida de cabello se alarga durante la lactancia. Puede durar entre 6 y 12 meses.

Tomar suplementos dietéticos contra la caída del cabello puede prevenir este problema, o al menos acortar su extensión en el tiempo.

Este tema se explorará más en profundidad con el artículo científico de nuestra bióloga Lucia Natarelli que publicaremos próximamente y que estará relacionado con la caída del cabello desde un punto de vista científico.

Mientras tanto, no dudéis en contactarnos a través de nuestra página web www.sanaexpert.es o mediante nuestro perfil de Instagram @natalis.es para consultar cualquier duda que os pueda surgir.

Entrevista a una madre primeriza

Diario de una madre primeriza

Hoy hablamos de la bonita historia de Sabrina, una madre primeriza que nos cuenta las primeras dificultades relacionadas con la concepción de su pequeño Emanuele así como su en plena pandemia Covid-19.

Lucía, nuestra bióloga, nos llevará a descubrir esta increíble historia a través de sus preguntas a Sabrina:

Hola Sabrina, estoy muy contenta de poder hablar contigo. Gracias por dedicar tu tiempo a hablar con nosotros.

Buenas noches, Lucía, gracias. Me alegra poder compartir mi historia con otras mujeres y futuras mamás. Espero que mis experiencias puedan ayudarles y darles esperanza.

¡Qué bonito, Sabrina! Empecemos. Cuéntanos, ¿cuánto tiempo hace que decidiese que querías tener un hijo y cuándo te quedaste embarazada? Digamos que desde que te surgió el deseo de ser mamá hasta que te quedaste embarazada.

Tardé 2 años porque no quise antes. Dos años porque, debido a problemas personales, había ganado mucho peso. Sufría sobrepeso, pesaba 82 kg y tenía mi ciclo muy irregular. La consecuencia fue, de hecho, que hubo meses en los que no me vino la regla, o me vino varias veces en un mes. No ovulaba o a menudo tenía dos ovulaciones en un mes, que eran “falsas” porque no se correspondían realmente con una ovulación “real” y, por tanto, con un periodo fértil. Tener una ovulación real se había vuelto imposible. Obviamente, este problema me causó mucho estrés, que, como creo que sabes, es el origen de todos los males.

Pronto fui al ginecólogo y a un nutricionista, pues era necesario bajar de peso, y haciendo la curva glucémica, el ginecólogo encontró cierta resistencia a la insulina que luego en el embarazo se convirtió en diabetes gestacional. Debido a esta resistencia a la insulina comencé una dieta estricta, combinada con metformina para estimular la ovulación. Lo tomé durante dos meses. Después de estos dos meses me quedé embarazada.

 

¿Cómo pudiste calcular la ovulación, ya que has tenido estas graves irregularidades? ¿Qué consejo daría a las futuras madres con problemas de fertilidad y concepción?

Además de cuidar de ti mismo, la alimentación sana, el control del estrés y escuchar a tu cuerpo son puntos clave.

En mi caso puedo distinguir cuándo estoy ovulando. La producción de flujo (al menos en mi caso) es llamativa en ese momento, por lo que muchas mujeres recurren a la autoevaluación de la viscosidad como prueba para averiguar el mejor momento. Pero hay un problema, en realidad dos: el primero es que hay que analizar el flujo recién producido, es decir, interno, y puede ser bastante desagradable. El segundo es que cuando se produce el flujo ya es demasiado tarde. El momento fértil para la concepción ya ha pasado, pues esa producción corresponde a la fase en la que el óvulo ya ha explotado. Hay un periodo de 24 horas, como máximo, en las que el óvulo puede ser fecundado.

¿Cómo supiste que estabas embarazada? Porque sé que una madre “lo siente”.

Después de tener relaciones sexuales en un momento en el que mi temperatura basal era favorable, el hecho de que no bajara la temperatura el día 30 hizo que se me encendiera la bombilla y me pensara “¡aquí hay gato encerrado!”. Sabía que estaba embarazada. Y, de hecho, sentí que debía hacerme la prueba de inmediato, lo antes posible. Tuve calambres “diferentes” a los habituales que tengo durante mi ciclo, otra señal de alarma.

Llego a casa y le digo a mi marido: “voy a hacerme una prueba de embarazo”. Tristemente, estábamos acostumbrados a que me hiciese muchas pruebas debido a la gran cantidad de periodos y a todas las cuestiones mencionadas. Así que sentí que tenía que hacerlo lo más rápido posible. A pesar de que la mañana es el mejor momento para hacerse la prueba (pues la orina está más concentrada y se detecta más fácilmente), yo lo hice por la noche. Y con las prisas por hacer la prueba, ¡se me olvidó comprobar el resultado! Mi marido lo señalo y se ofreció para ir al baño a comprobarlo. Salió con los ojos brillantes diciendo “… ¿pero es esta la prueba con dos rayitas?”. Dejaré que te imagines la explosión de alegría que vino después. Entre incredulidad, lágrimas, saltos, alegría… ¡Una tormenta de emociones! A la mañana siguiente me hice otra prueba y las dos rayas se veían más que nunca. La sensación física es increíble.

¿Tomabas también suplementos naturales para completar la dieta? ¿O solo medicamentos?

La ginecóloga me receto tomar ácido fólico. Ahora mi dieta es más estricta y natural. Las verduras las cocino al vapor y las frío en la sartén. Intento comer de forma variada. Pero también he estado usando suplementos, sí. El ginecólogo me recetó Multicentrum y ahora tomo otro específicamente para el post-embarazo. En su interior hay ácido fólico, ácido pantoténico, betacaroteno, biotina, niacina, vitamina B1, B2, B6, B12, vitamina C, D, E, también cromo, hierro, yodo, magnesio, manganeso, cobre, selenio, zinc, DHA. Tengo que decir que me está ayudando mucho a complementar las vitaminas y los minerales. Puedo hacer muchas más cosas: hago ejercicio en la cinta de correr casi todos los días, ¡incluso el deporte me ayuda mucho!

¿Qué ha cambiado en ti esta experiencia?

Definitivamente aumentaron un poco mis miedos y ansiedades, aunque creo que eso es normal para alguien que va a ser madre por primera vez.  Imagínate también lo que es ser madre en tiempos de Covid-19. De hecho, tal vez te interese saber cómo es dar a luz en en plena ola de Covid-19.

Acepto tu propuesta de pregunta y creo que es crucial, muchas mujeres se verán reflejadas en tu situación: ¿cómo ha sido para ti dar a luz en tiempos de Covid-19?

Estaba muy sola. Creo que mi marido fue uno de los últimos padres en entrar en la sala de partos, y solo dejaban entrar a una persona. Solo podía venir a visitarme de 2 a 6 de la tarde. Estuve completamente sola en el hospital y al día siguiente de dar a luz empezó el estado de alarma. Me hicieron una cesárea y cuando llegué a casa estaba completamente sola. Ni mis padres ni mis suegros pudieron venir a verme. Además, echaba mucho de menos la ayuda de mi madre. Hay momentos delicados, momentos que todas las madres pueden entender, momentos de vergüenza relacionados con el posparto y con la recuperación del propio cuerpo. Durante 15 días mi marido no durmió y alimentó a nuestro hijo por la noche cada 3 horas. Y durante el día, cuando necesitabamos un poco de alivio, nadie podía venir a ayudarnos.

¿Cómo fue el primer día en que tu familia pudo conocer al pequeño?

Lo más dulce fue ver cómo conocía a la abuela de mi marido. Tiene 90 años y cuando lo puse en sus brazos se puso a llorar y mi marido también. La emoción de ver a una mujer de 90 años con una mascarilla en la cara sosteniendo a nuestro hijo fue increíble. Luego también mis suegros y mis padres, todos con mascarilla. Mi padre lo sostenía en brazos y le hablaba, le contaba todo. Pensar que algo así no ocurriera me habría desecho completamente.

Por otro lado, ¿cómo vivieron tus padres el no poder ayudarte con el bebe?

Vieron a mi hijo después de dos meses. Eso te marca. No pudieron verlo nada más nacer, pero entendemos que hubiera sido imposible además de arriesgado.

Pero después de verlo, mi madre y mi suegra también me confesaron su sufrimiento, que era bastante similar al mío. Me dijeron que también les resultaba difícil pensar en mí, estando sola en el hospital, sin nadie a mi lado, con todos los problemas que había tenido. Estaban a kilómetros de distancia pensando que necesitaba ayuda y no hacer nada. Se sentían frustrados.

Pero ahora disfrutan de la compañía de mi bebe, incluso mi padre que siempre ha sido un poco frío corre por la casa con él en brazos.

Sí que te cambian la vida y sí cambias tu vida por ellos.

La infertilidad explicada por nuestra voz científica: Lucia Natarelli 

La infertilidad es uno de los principales problemas de la sociedad moderna, ya que afecta a un 20-30% de la población femenina y cada vez se está extendiendo más por el sector masculino. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que, excepto las enfermedades sistémicas o genéticas, la mayoría de las causas de infertilidad masculina y femenina están relacionadas con nuestro estilo de vida: estrés laboral,desnutrición y dieta poco saludable. La obesidad y la desnutrición,entendidas como un consumo excesivo insuficiente de hidratos de carbono, grasas, proteínas y carencia de vitaminas, tienen un impacto perjudicial tanto en la función ovulatoria como en la espermatogénesis. Además, esto influye también en la implantación normal del embrión una vez fecundado el óvulo (1). En este artículo nos centraremos en el problema de la fertilidad femenina y en cómo solucionarlo.No obstante, también publicaremos en el futuro otro artículo centrado en losproblemas de la fertilidad masculina. Es importante recalcar que este artículo ha sido abordado por la Dra. Erica Silvestri y sus colaboradores de la Universidad de Bari Aldo Moro (Bari, Italia)recientemente (2019) (1)

Además de en su médico, muchas mujeres buscan hoy en día respuestas a sus preguntas en Internet o en amigos y familiares. Esto no significa que no crean en los consejos de su médico, sino que se trata, simplemente, de un instinto de investigar todo lo posible con la esperanza de recibir respuestas o encontrar testimonios de experiencias similares a las suyas. No nos extraña, por lo tanto, que casi el 80% de las mujeres encuestadas con problemas de fertilidad afirmen haber buscado información en Internet al menos una vez. Eobjetivo de estos artículos es responder a las preguntas de una manera científica y simple para que toda la población nos pueda entender. Para obtener más información, al final de cada artículo se encuentran todas las referencias bibliográficas. 

 

Factores del estilo de vida

Recurrir a la Reproducción Asistida, realizando cambios en uno o varios factores, pueden contribuir en gran medida a la restauración de la ovulación y la maduración de ovocitos adecuadas (2).Como se menciona en el primer artículo del Blog (link), entre los factores que afectan a la fertilidad se encuentran sin duda: el café, fumar (incluido el fumador pasivo), el abuso del alcohol, la edad y la contaminación del medio ambiente. En este artículo, sin embargo, abordaremos el estrés en líneas generales (pues dedicaremos otro artículo a este tema en el futuro) y en la alimentación y su relación con el peso corporal, dos factores que tienen un impacto creciente en la infertilidad femenina y masculina.

Estrés

Una vida estresante, especialmente en las mujeres que trabajan demasiado, puede contribuir a la infertilidad, ya que los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión son más frecuentes en las mujeres infértiles que en las fértiles. Estas características aumentan el estrés psicológico, que puede alterar la maduración fisiológica de los ovocitos (3). En un metaanálisis realizado sobre 2202 pacientes, Purewal y sus colaboradores han demostrado que la ausencia de la depresión y la ansiedad aumenta el éxito de la fecundación asistida considerablemente, al igual que la tasa de concepción.

La actividad física alivia el “estrés de la concepción”. Se ha demostrado que gestionar el estrés mediante ejercicios relajantes de manera regular facilita la reducción de angustia psicológica en las mujeres infértiles y puede llegar a un aumento de los niveles de concepción. Un estudio realizado recientemente por Miller y sus colaboradores en el que analizan los niveles de cortisol salival (hormonas del estrés) en 72 mujeres antes de la inseminación artificial demuestra que todos aumentan (4). Por lo tanto, estas mujeres sufrían de “estrés de concepción”, causado por el miedo al fracaso de la fecundación, así como por el pensamiento constante de la incapacidad de quedarse embarazada. Algunas de ellas mostraron una reducción del cortisol después de la implantación, lo que sugiere que no siempre hay una correlación negativa.

La alimentación y el peso corporal

La capacidad reproductiva y el éxito en la concepción están definitivamente relacionados con la calidad de los alimentos y el tipo de alimentación que tenemos. Tanto el sobrepeso como un peso bajo se asocian parcialmente a una ingesta desequilibrada de calorías y proteínas, debido a un consumo de alimentos equivocado. Esto lleva a una alteración de la función ovárica que tiene como consecuencia el aumento de la infertilidad.

Entre los diversos estudios que han explorado el efecto de los hábitos alimenticios en la fertilidad, destaca el proyecto denominado Nurses’ Health Study II, realizado sobre 116.678 mujeres de fertilidad reducida. En este estudio se descubrió que las mujeres con trastornos ovulatorios y poco fértiles, tenían un peso inferior o superior al recomendado (5). De hecho, el tiempo en llegar hasta la concepción es mayor en las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 kg/m2 o inferior a 19 kg/m2, y tanto la obesidad/sobrepeso como el bajo peso se correlacionan significativamente con una menor tasa de embarazo, un aumento de las gonadotropinas y una mayor tasa de abortos. Un IMC elevado también se asocia a efectos adversos durante el embarazo, como la diabetes gestacional, la hipertensión y los partos prematuros. Las dietas desequilibradas en las que predominan los hidratos de carbono, los ácidos grasos, las proteínas o las vitaminas y los micronutrientes ejercen definitivamente un impacto negativo en la ovulación.

Profundicemos en el tema de la malnutrición

Un gran número de estudios epidemiológicos informan que entre las principales causas de los trastornos metabólicos y las enfermedades cardiovasculares relacionadas está la malnutrición. Como muestra el estudio PURE realizado por el Dr. Salim Yusuf y Koon Teo en la Universidad McMaster de Hamilton, aunque los países en desarrollo son los más afectados, las sociedades occidentales y desarrolladas también están malnutridas. De hecho, si en el primer caso hablamos de escasez de alimentos por factores sociales y demográficos, en el segundo hablamos de dietas hipercalóricas y excesivas.

La malnutrición se ha descrito como una de las principales causas de la infertilidad femenina y masculina. Por poner un ejemplo reciente, las alteraciones de los niveles de lípidos en sangre son la principal causa de disfunciones y problemas cardiovasculares tanto en adultos como en niños, incluso durante el embarazo. En 2019, la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de Aterosclerosis (EAS) publicaron nuevos dato orientativos sobre los niveles de lípidos y sus riesgos asociados, puedes encontrarlas aquí. Puede consultar estos datos para conocer los valores umbrales de HDL, LDL, VLDL, Lp (a), y calcular, en base a estos valores, el porcentaje de riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares, miocarditis, infarto de miocardio, etc. utilizando la tabla mostrada. Consulte siempre a su médico para obtener más detalles.

Bajo peso: Los regímenes alimentarios inadecuados, las restricciones dietéticas severas y la falta general de nutrientes provocan una pérdida de peso corporal y de rendimiento físico. En los niños, estos fallos retrasan la pubertad. En las madres, provocan una rehabilitación posparto prolongada, niveles reducidos de secreción de gonadotropinas, alteraciones de la ciclicidad ovárica fisiológica y aumento de la infertilidad. Por lo tanto, una nutrición inadecuada está estrechamente relacionada con la fisiopatología reproductiva femenina. Esto confirma que tanto la bulimia nerviosa como la anorexia, que son dos condiciones patológicas que afectan al 5% de las mujeres en edad fértil, son causas indiscutibles de amenorrea, es decir, de una interrupción repentina y prolongada del ciclo menstrual, de infertilidad y de abortos (6).

Sobrepeso y obesidad: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que el sobrepeso y la obesidad son condiciones patológicas muy extendidas durante la edad reproductiva de la mujer, con una incidencia de hasta el 20-25% entre las pacientes que presentan infertilidad. Alrededor del 23% de las mujeres que viven en los países industrializados son obesas y tienen un mayor riesgo de tener hijos obesos, especialmente si tienen diabetes gestacional durante el embarazo. Como informa aquí la Asociación Americana de la Diabetes, la diabetes gestacional solo se da sólo en mujeres diabéticas. Se produce durante el embarazo y se caracteriza por una incapacidad de las células para responder a la insulina, lo que se denomina resistencia a la insulina (R.I), o una capacidad insuficiente para producir y utilizar la insulina. El resultado es una incapacidad de las células para utilizar la glucosa y un aumento excesivo y prolongado de la glucosa en sangre, un estado llamado hiperglucemia. Sin embargo, la diabetes gestacional suele desaparecer tras el parto y suele contrarrestarse con una alimentación sana, actividad física y terapias médicas. Sin embargo, cuando la diabetes gestacional se produce en mujeres con sobrepeso u obesidad, el tiempo de desaparición tras el parto se alarga. Además, la R.I y las disfunciones hormonales resultantes aumentan el riesgo de aparición de síndromes metabólicos y de ovario poliquístico, ambos responsables de una mayor infertilidad. De hecho, en estas circunstancias el exceso de tejido adiposo contribuye a aumentar los trastornos ovulatorios, especialmente en las pacientes predispuestas a la anovulación. Esta patología provoca ciclos menstruales en los que el óvulo no se libera del ovario. Del mismo modo, la R.I y la hiperinsulinemia crean un entorno bioquímico desfavorable en los ovarios, aumentando tanto la producción excesiva de andrógenos como la acumulación de grasa, lo que provoca dislipidemia. Además, este entorno favorece la sobreproducción de leptina y otras moléculas que intervienen en la síntesis de estrógenos y la regulación del cuerpo lúteo. Esto provoca un mayor riesgo de aborto e infertilidad (OMS, 2013). También en este caso, la terapia consiste en una dieta restringida y ejercicio en paralelo con los métodos estándar de inducción de la ovulación, como la administración de Metformina en casos de obesidad asociada al Síndrome Metabólico.

Sin embargo, en las pacientes sin trastornos ováricos, el sobrepeso y la obesidad prolongan el tiempo para concebir, disminuyen la eficacia de los tratamientos de infertilidad y aumentan las tasas de diabetes gestacional, hipertensión, bebés con sobrepeso, mortalidad y morbilidad perinatal. Tal y como informan la Dra. Erica Silvestri y sus compañeros y numerosos estudios nutricionales y clínicos, la dieta mediterránea y la actividad física regular en mujeres con sobrepeso reducen significativamente los intentos fallidos de concebir. Además, seguir la dieta mediterránea puede reducir, en general, el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades neurodegenerativas, y aumenta la posibilidad de quedarse embarazada en un 40%  (7). Por lo tanto, la valoración de los hábitos de vida y la modificación de los comportamientos no saludables mediante una atención adecuada o con un manejo específico, como la administración de suplementos de ácido fólico, debe ser sistemática en las mujeres que intentan concebir (8).

Dieta adecuada y administración de suplementos aumentan la fertilidad

Aunque el efecto de la alimentación sobre la fertilidad femenina aún no se ha aclarado completamente, la interacción de la nutrición y la fertilidad es fundamental para un rendimiento reproductivo satisfactorio. Además, la relación entre los trastornos ovulatorios y las enfermedades metabólicas mencionadas afirma que la dieta desempeña un papel crucial en algunos casos de infertilidad (9).Un estudio realizado en 2006 sobre 12.579 sujetos de la Encuesta de Mujeres de Southampton demostró que el estado nutricional preconcepcional masculino y femenino influye en la fertilidad (10). En concreto, este estudio observacional reveló que una dieta rica en pescado, legumbres y verduras y baja en carbohidratos se asocia positivamente a un aumento del folato en los glóbulos rojos y de la vitamina B6 en la sangre y en el líquido folicular. Esto aumenta las posibilidades de embarazo en un 40%. Del mismo modo, una ingesta dietética de ácidos grasos poliinsaturados omega-3, ácido alfa-linolénico y ácido docosahexaenoico (DHA) también se correlaciona con un aumento de la fertilidad y de las posibilidades de embarazo.

Muchos trastornos ovulatorios dependen de trastornos metabólicos, como la diabetes. Todavía hay pocos datos disponibles que correlacionen el papel de los diferentes nutrientes con los trastornos ovulatorios. En general, lo que se concluye de estos estudios es que un consumo reducido de hidratos de carbono, el consumo de proteínas de origen vegetal, pocas grasas monoinsaturadas en favor de las poliinsaturadas (características de la dieta mediterránea) junto con la suplementación de hierro, folatos y vitaminas con efectos antioxidantes, reducen significativamente el riesgo de infertilidad y de trastornos ovulatorios.

Entre los nutrientes que, según estos estudios, afectan a la fertilidad femenina se encuentran:

  • Proteínas: Todavía no está claro cómo la cantidad de ingesta de proteínas puede afectar a la ovulación y a la fertilidad femenina. Sin embargo, los estudios de Chavarro y sus compañeros han demostrado que en las mujeres mayores de 32 años, el consumo de proteínas animales se asocia con un mayor riesgo de infertilidad ovulatoria, mientras que el consumo de proteínas vegetales se asocia con un menor riesgo de infertilidad (11).
  • Carbohidratos: De nuevo, los estudios realizados por el equipo de Chavarro demuestran que el consumo excesivo de carbohidratos altera el metabolismo (consumo) de la glucosa. Esto conduce a la persistencia de niveles elevados de glucosa en sangre en ayunas, hiperinsulinemia e IR, lo que provoca una alteración en la maduración de los ovocitos.
  • Lípidos: La correlación entre los lípidos (grasas) y la fertilidad es actualmente el principal punto de interés en la investigación. La correlación sigue siendo desconocida. En la actualidad, sólo se dispone de datos observacionales realizados por Mumford et al. en 259 mujeres con menstruación regular. Los datos comunicados muestran que el consumo de ácidos grasos poliinsaturados aumenta los niveles de progesterona, lo que favorece la reducción del riesgo de anovulación (12).
  • Antioxidantes: El estrés oxidativo, causado por la producción excesiva de radicales libres que causan daños estructurales en el ADN, el ARN y las proteínas, afecta negativamente a la capacidad reproductiva. Por lo tanto, es importante integrar en su dieta vitaminas y complementos alimenticios que puedan contrarrestar el efecto nocivo del exceso de radicales libres. Nuestro cuerpo produce antioxidantes y desintoxicantes (moléculas que eliminan los radicales libres), como el glutatión. Otros antioxidantes son el ácido lipídico, la vitamina E, el ácido ascórbico (vitamina C) y la coenzima Q10. Se ha demostrado científicamente que el ácido ascórbico reduce significativamente la frecuencia de los abortos espontáneos (13). De hecho, las mujeres con una mayor frecuencia de abortos e infertilidad tienen niveles más bajos de ácido ascórbico en la sangre. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un uso incorrecto o excesivo de antioxidantes podría inducir efectos adversos (14). Por lo tanto, es necesario realizar más estudios.

Aquí tienes una lista de antioxidantes naturales y los alimentos en los que abunda:

  1. Licopeno: abundante en el tomate, pomelo rosa y papaya.
  2. Luteolina: abundante en la menta, alcachofa, apio, pimiento verde y brócoli.
  3. Curcumina: abundante en el jengibre.
  4. Glicólido B: abudante en el Ginseng natural ( sn azúcar).
  5. Resveratrol: abundante en vino tinto, cacahuete, uvas y mora.
  6. Ácido Betulínico: abudante en el reino vegetal abedul)
  7. Ácidos grasos poliisaturados: abundante en la aceituna, espinaca, nuez, maíz y girasol.
  8. Lupiol: abundante en el mango, aceituna, fresa y uva negra.
  • Folato: Las alteraciones de los niveles de folato se encuentran entre las principales causas de la infertilidad femenina. Por eso dedicamos una sección aparte para este nutriente.

 

Folato y ácido fólico

Se sabe que la administración de suplementos de ácido fólico antes de la concepción (400 µg diarios) mejora el folato y disminuye los niveles de homocisteína (Hcy) en el líquido folicular. La administración de suplementos de ácido fólico, o de multivitaminas que lo contienen, se ha asociado a una mejor en la calidad del embrión, a mayores posibilidades de embarazo y a un menor riesgo de infertilidad (15). Sin embargo, aunque más del 80% de las mujeres infértiles responden a la administración de suplementos de ácido fólico, y el uso de este producto es más frecuente entre las mujeres infértiles que entre las fértiles, solo el 50% de ellas utiliza correctamente estos productos antes del embarazo.

El folato es un grupo de coenzimas interconvertibles que desempeñan un papel clave en la síntesis de los ácidos nucleicos (ADN), los aminoácidos (proteínas) y la metilación (expresión de genes, activación de proteínas). De hecho, la deficiencia de folato puede alterar los procesos de síntesis de proteínas y la expresión adecuada de los genes, dando lugar a la acumulación de Hcy, el aumento del estrés oxidativo y la metilación excesiva. La metilación del ADN es un mecanismo epigenético, es decir, puede alterar la expresión de genes específicos sin cambiar la secuencia del ADN. Es esencial para la expresión de nuestros genes y, en consecuencia, para la producción de proteínas en las células y, por tanto, para la supervivencia y el buen funcionamiento de la propia célula. De ahí su importancia fundamental durante el desarrollo embrionario y la correcta formación de nuestra composición genómica, destinada a prevenir las anomalías genéticas. Los niveles reducidos de folato en sangre se asocian a trastornos neurológicos y cardiovasculares, y pueden causar anemia y aumentar el riesgo de defectos del tubo neural en el embrión. Además, los niveles reducidos de folato se asocian a la infertilidad y a los problemas ovulatorios. De hecho, las anomalías en las enzimas responsables del metabolismo de la Hcy y el ácido fólico provocan niveles desregulados de los mismos, lo que da lugar a un aumento de los abortos espontáneos, la infertilidad y las ovulaciones desreguladas. Se ha demostrado que dos meses de suplementos diarios de 0,5 mg de ácido fólico en mujeres con antecedentes de abortos espontáneos frecuentes e inexplicables y mutaciones en los genes responsables del metabolismo del ácido fólico reducen sus concentraciones de Hcy. Por lo tanto, estos estudios demuestran la importancia de la suplementación nutricional con folato, especialmente en pacientes infértiles con mutaciones en las enzimas relacionadas con el metabolismo del folato.

Es fundamental tener en cuenta que el metabolismo del folato requiere vitaminas y minerales. Por lo tanto, es importante recordar que la suplementación de vitaminas y minerales junto con el ácido fólico es muy recomendable. De hecho, la administración de suplementos de ácido fólico puede enmascarar en algunos casos las deficiencias de vitamina B12, que es importante en el metabolismo del propio folato. Además, la suplementación con vitamina D, C y hierro ayuda a combatir el estrés, los estados depresivos, la anemia y la correcta formación del embrión.

Os dejo con un dilema: Como se ha mencionado, la dieta mediterránea está considerada una de las dietas más sana. Es un régimen nutricional típico de Grecia, España y el sur de Italia. Se caracteriza por un alto consumo de legumbres, frutas y verduras, aceite de oliva virgen extra, cereales no refinados, un consumo moderado o alto de pescado, vino y un bajo consumo de carne. Se ha observado que seguir esta dieta reduce el riesgo de cáncer, problemas cardiovasculares, diabetes y enfermedades neurodegenerativas.

Sin embargo, una dieta saludable no siempre garantiza el aporte nutricional necesario y no siempre compensa las carencias nutricionales. Es importante tener en cuenta la biodisponibilidad de los nutrientes, que varía según la naturaleza del alimento y las características de la persona que lo consume. Pero ¿qué significa “biodisponibilidad”? La biodisponibilidad se define como la fracción de un nutriente dentro de un alimento que realmente es absorbida por nuestro cuerpo y finalmente utilizada. Entonces, ¿cuál es la verdadera biodisponibilidad de los alimentos que consumimos? ¿Por qué necesitamos suplementos a pesar de que algunos de nosotros llevamos una vida sana y una buena dieta?