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NATALIS®

¡La línea Natalis para mi bebé y para mí!

Te acompañamos desde el deseo de tener hijos durante el embarazo hasta el final de la lactancia.

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Entrevista a una madre primeriza

Diario de una madre primeriza

Hoy hablamos de la bonita historia de Sabrina, una madre primeriza que nos cuenta las primeras dificultades relacionadas con la concepción de su pequeño Emanuele así como su en plena pandemia Covid-19.

Lucía, nuestra bióloga, nos llevará a descubrir esta increíble historia a través de sus preguntas a Sabrina:

Hola Sabrina, estoy muy contenta de poder hablar contigo. Gracias por dedicar tu tiempo a hablar con nosotros.

Buenas noches, Lucía, gracias. Me alegra poder compartir mi historia con otras mujeres y futuras mamás. Espero que mis experiencias puedan ayudarles y darles esperanza.

¡Qué bonito, Sabrina! Empecemos. Cuéntanos, ¿cuánto tiempo hace que decidiese que querías tener un hijo y cuándo te quedaste embarazada? Digamos que desde que te surgió el deseo de ser mamá hasta que te quedaste embarazada.

Tardé 2 años porque no quise antes. Dos años porque, debido a problemas personales, había ganado mucho peso. Sufría sobrepeso, pesaba 82 kg y tenía mi ciclo muy irregular. La consecuencia fue, de hecho, que hubo meses en los que no me vino la regla, o me vino varias veces en un mes. No ovulaba o a menudo tenía dos ovulaciones en un mes, que eran “falsas” porque no se correspondían realmente con una ovulación “real” y, por tanto, con un periodo fértil. Tener una ovulación real se había vuelto imposible. Obviamente, este problema me causó mucho estrés, que, como creo que sabes, es el origen de todos los males.

Pronto fui al ginecólogo y a un nutricionista, pues era necesario bajar de peso, y haciendo la curva glucémica, el ginecólogo encontró cierta resistencia a la insulina que luego en el embarazo se convirtió en diabetes gestacional. Debido a esta resistencia a la insulina comencé una dieta estricta, combinada con metformina para estimular la ovulación. Lo tomé durante dos meses. Después de estos dos meses me quedé embarazada.

 

¿Cómo pudiste calcular la ovulación, ya que has tenido estas graves irregularidades? ¿Qué consejo daría a las futuras madres con problemas de fertilidad y concepción?

Además de cuidar de ti mismo, la alimentación sana, el control del estrés y escuchar a tu cuerpo son puntos clave.

En mi caso puedo distinguir cuándo estoy ovulando. La producción de flujo (al menos en mi caso) es llamativa en ese momento, por lo que muchas mujeres recurren a la autoevaluación de la viscosidad como prueba para averiguar el mejor momento. Pero hay un problema, en realidad dos: el primero es que hay que analizar el flujo recién producido, es decir, interno, y puede ser bastante desagradable. El segundo es que cuando se produce el flujo ya es demasiado tarde. El momento fértil para la concepción ya ha pasado, pues esa producción corresponde a la fase en la que el óvulo ya ha explotado. Hay un periodo de 24 horas, como máximo, en las que el óvulo puede ser fecundado.

¿Cómo supiste que estabas embarazada? Porque sé que una madre “lo siente”.

Después de tener relaciones sexuales en un momento en el que mi temperatura basal era favorable, el hecho de que no bajara la temperatura el día 30 hizo que se me encendiera la bombilla y me pensara “¡aquí hay gato encerrado!”. Sabía que estaba embarazada. Y, de hecho, sentí que debía hacerme la prueba de inmediato, lo antes posible. Tuve calambres “diferentes” a los habituales que tengo durante mi ciclo, otra señal de alarma.

Llego a casa y le digo a mi marido: “voy a hacerme una prueba de embarazo”. Tristemente, estábamos acostumbrados a que me hiciese muchas pruebas debido a la gran cantidad de periodos y a todas las cuestiones mencionadas. Así que sentí que tenía que hacerlo lo más rápido posible. A pesar de que la mañana es el mejor momento para hacerse la prueba (pues la orina está más concentrada y se detecta más fácilmente), yo lo hice por la noche. Y con las prisas por hacer la prueba, ¡se me olvidó comprobar el resultado! Mi marido lo señalo y se ofreció para ir al baño a comprobarlo. Salió con los ojos brillantes diciendo “… ¿pero es esta la prueba con dos rayitas?”. Dejaré que te imagines la explosión de alegría que vino después. Entre incredulidad, lágrimas, saltos, alegría… ¡Una tormenta de emociones! A la mañana siguiente me hice otra prueba y las dos rayas se veían más que nunca. La sensación física es increíble.

¿Tomabas también suplementos naturales para completar la dieta? ¿O solo medicamentos?

La ginecóloga me receto tomar ácido fólico. Ahora mi dieta es más estricta y natural. Las verduras las cocino al vapor y las frío en la sartén. Intento comer de forma variada. Pero también he estado usando suplementos, sí. El ginecólogo me recetó Multicentrum y ahora tomo otro específicamente para el post-embarazo. En su interior hay ácido fólico, ácido pantoténico, betacaroteno, biotina, niacina, vitamina B1, B2, B6, B12, vitamina C, D, E, también cromo, hierro, yodo, magnesio, manganeso, cobre, selenio, zinc, DHA. Tengo que decir que me está ayudando mucho a complementar las vitaminas y los minerales. Puedo hacer muchas más cosas: hago ejercicio en la cinta de correr casi todos los días, ¡incluso el deporte me ayuda mucho!

¿Qué ha cambiado en ti esta experiencia?

Definitivamente aumentaron un poco mis miedos y ansiedades, aunque creo que eso es normal para alguien que va a ser madre por primera vez.  Imagínate también lo que es ser madre en tiempos de Covid-19. De hecho, tal vez te interese saber cómo es dar a luz en en plena ola de Covid-19.

Acepto tu propuesta de pregunta y creo que es crucial, muchas mujeres se verán reflejadas en tu situación: ¿cómo ha sido para ti dar a luz en tiempos de Covid-19?

Estaba muy sola. Creo que mi marido fue uno de los últimos padres en entrar en la sala de partos, y solo dejaban entrar a una persona. Solo podía venir a visitarme de 2 a 6 de la tarde. Estuve completamente sola en el hospital y al día siguiente de dar a luz empezó el estado de alarma. Me hicieron una cesárea y cuando llegué a casa estaba completamente sola. Ni mis padres ni mis suegros pudieron venir a verme. Además, echaba mucho de menos la ayuda de mi madre. Hay momentos delicados, momentos que todas las madres pueden entender, momentos de vergüenza relacionados con el posparto y con la recuperación del propio cuerpo. Durante 15 días mi marido no durmió y alimentó a nuestro hijo por la noche cada 3 horas. Y durante el día, cuando necesitabamos un poco de alivio, nadie podía venir a ayudarnos.

¿Cómo fue el primer día en que tu familia pudo conocer al pequeño?

Lo más dulce fue ver cómo conocía a la abuela de mi marido. Tiene 90 años y cuando lo puse en sus brazos se puso a llorar y mi marido también. La emoción de ver a una mujer de 90 años con una mascarilla en la cara sosteniendo a nuestro hijo fue increíble. Luego también mis suegros y mis padres, todos con mascarilla. Mi padre lo sostenía en brazos y le hablaba, le contaba todo. Pensar que algo así no ocurriera me habría desecho completamente.

Por otro lado, ¿cómo vivieron tus padres el no poder ayudarte con el bebe?

Vieron a mi hijo después de dos meses. Eso te marca. No pudieron verlo nada más nacer, pero entendemos que hubiera sido imposible además de arriesgado.

Pero después de verlo, mi madre y mi suegra también me confesaron su sufrimiento, que era bastante similar al mío. Me dijeron que también les resultaba difícil pensar en mí, estando sola en el hospital, sin nadie a mi lado, con todos los problemas que había tenido. Estaban a kilómetros de distancia pensando que necesitaba ayuda y no hacer nada. Se sentían frustrados.

Pero ahora disfrutan de la compañía de mi bebe, incluso mi padre que siempre ha sido un poco frío corre por la casa con él en brazos.

Sí que te cambian la vida y sí cambias tu vida por ellos.